13.10.05

La ultima derrota del movimiento estudiantil, examinada desde una perspectiva materialista e historica

(Extraido desde www.nucleodeira.cjb.net)

“Cuando el socialismo burgués exhorta al proletariado a hacer realidad sus sistemas y entrar en la nueva Jerusalén, todo cuanto reclama es, en el fondo, que se detenga en la sociedad actual, pero despojándose de las ideas hostiles que abriga respecto a ella” – Marx & Engels, Manifiesto del Partido Comunista, 1847.

De todo lo que se ha escrito sobre las recientes agitaciones estudiantiles, sólo unos pocos grupos han abordado el tema con una intención realmente crítica. Y aunque sus análisis contienen algunos aciertos, éstos sólo se quedan en aspectos parciales de la última movilización. Los estudiantes trotskistas de LAC, por ejemplo, han ofrecido una visión acertada sobre el papel reaccionario de las burocracias estudiantiles, y además tienen el mérito de atreverse a llamar “derrota” al resultado de la última oleada de agitación; mientras que un desconocido grupo llamado Precariado Rebelde tuvo la lucidez de invocar “una concepción que tienda a articular la problemática particular de la educación con el carácter pauperizador del capitalismo en su totalidad” . Pero lo que debe importarnos no son tanto estas críticas fortuitas, sino la falta de crítica en torno a los temas de fondo, ahí donde todo el mundo parece estar de acuerdo en que la universidad debe ser “reformada”, “devuelta al estado”, “pública”, etc. Estas mistificaciones básicas, compartidas por liberales, progresistas y ultra-izquierdistas, expresan el sentir común de todos esos estudiantes que una vez más se dejaron movilizar por las burocracias tras unos objetivos que apenas entendían, y que con la misma facilidad se dejarán desmovilizar en pos del regreso a la normalidad. Ese trasfondo ideológico común compartido por burócratas, estudiantes e izquierdistas es la creencia ingenua, muy pequeño-burguesa, de que la universidad es un patrimonio de los explotados, un bien que les fue injustamente arrebatado para entregárselo al “neoliberalismo”.

Esta creencia no es un simple dato periférico en el sentido común de las masas y de las minorías militantes: es el centro de su pensamiento y de su acción, y es lo que determina sus objetivos políticos, concientes o no. Es lo que ha llevado a los trotskistas a reivindicar una “reforma universitaria II” y a los p recarios a hablar de “nuestra universidad”, ese “espacio común” donde burócratas, autoridades políticas y estudiantes deben identificarse “en un mismo recorrido”, mientras el apoyo ciudadano a estas ficciones no para de crecer. Obviamente, estas aspiraciones reformistas encierran genuinos deseos humanos de transformar la realidad, de vivir con dignidad y del modo más libre posible, de realizarse socialmente. Esos deseos, esa voluntad de vivir de un modo humano, es la base de lo que nosotros llamamos comunismo . Pero al expresarse políticamente, esa voluntad debe saber crear su propio lenguaje y su propia práctica, contrarios al mundo de la cuantificación mercantil y de la democracia de clases. Pensamos que hasta ahora eso no ha ocurrido, y que por el contrario, los deseos de transformación en la universidad han sido conducidos por los defensores de la estabilidad capitalista, poniendo a estudiantes, padres y maestros en contra de sus propios intereses como clase sometida a los arbitrios de la economía. Naturalmente, esta alienación política ha estado llena de fisuras en lo práctico y en el campo de las ideas, fisuras por donde ha brotado la radicalidad que anuncia un rechazo generalizado a la enajenación. Reconocemos esos brotes de negatividad radical, pero sobre todo nos interesa criticar la tendencia dominante hacia la pasividad organizada, la ingenuidad política y la sumisión conformista al mercado.
La ideología de la “educación pública”, estatista por definición, es lo que ha permitido a los centros de mando burocrático movilizar y apaciguar a los estudiantes a su antojo durante décadas, impidiendo que éstos definan sus propios objetivos políticos de acuerdo a la realidad que viven cotidianamente como sujetos alienados. Esto hace que las movilizaciones estudiantiles no tengan en realidad nada de espontáneo. Hay que recordar el patrón que han seguido invariablemente desde la gran oleada reivindicativa del 97 para darse cuenta de que las burocracias estudiantiles, manejadas por el gobierno, la derecha y la izquierda burocrática, no cumplen otra función que la de provocar agitaciones para mantenerlas bajo control y finalmente apaciguarlas, a la espera de neutralizar a una nueva generación de incautos. Es muy revelador que tanto en el 97 como en el 2000, en el 2002 y ahora, cada generación de estudiantes ha estado convencida de que la suya es la movilización definitiva, la más crucial de todas, “la que decidirá el destino de la educación superior en Chile”, ignorando que en todas las crisis anteriores se dijo exactamente lo mismo para llegar a los mismos resultados. Este ilusionismo político cumple dos funciones bien claras: una, estimular la combatividad de los estudiantes más inconformes para luego dejar que se consuma en acciones aparentemente radicales, pero sin objetivos propios; la otra, desplazar la línea de choque desde el terreno de las miserias cotidianas que hay que combatir, hacia el terreno de las negociaciones democráticas, donde todos deben delegar su iniciativa en las burocracias, y donde se crea una falsa comunidad de intereses que encuadra bajo una misma bandera a estudiantes, burócratas, asalariados de la enseñanza y partidos pequeño-burgueses, todos en defensa de ese ensueño maravilloso llamado “educación pública”.
¿Pero cuándo ha sido “pública” la educación universitaria? Cuando había que impulsar la expansión capitalista en un contexto mundial de proteccionismo keynesiano, cuando había que adiestrar a masas de futuros asalariados para tareas productivas y de gestión en un marco de desarrollo nacional. Lo cual duró hasta el instante en que las últimas hilachas del estado protector fueron arrojadas al basurero de la historia, para entrar en una nueva fase de acumulación capitalista, necesitada de mano de obra experta en un marco de competitividad extrema. Si entendemos que todo desarrollo histórico es irreversible, ¿cómo pueden pretender que se superará el capitalismo reviviendo formas jurídicas propias de una fase anterior de su desarrollo? La pretensión de “recuperar la universidad pública”, hija de la pretensión más general de “humanizar” el capitalismo, esconde el interés de la pequeña-burguesía por ganar cuotas de poder dentro del orden capitalista, y nada más. Si la universidad aparece como un terreno donde ese interés se expresa con tanta fuerza, es porque la universidad es el espacio natural de desarrollo y legitimación del poder burocrático. Allí es donde mejor se cultivan la mediocridad, la ignorancia y el arribismo que caracterizan a todas las burocracias; y es allí donde la ideología política y los horizontes existenciales de la burocracia deben arraigar con mayor fuerza, para asegurar la lealtad de los jóvenes proletarios que pronto se convertirán en sus cuadros expertos. Cuadros que desde ya parecen dispuestos a luchar con bravura para que sea el estado, y no el mercado, quien les someta.
Al conocer las reivindicaciones de los estudiantes, uno se pregunta: ¿qué aspiraciones tienen, qué quieren hacer con sus vidas? La respuesta está en los muros de sus facultades tomadas, en sus papelógrafos, en sus panfletos: una y otra vez le reprochan a los gobernantes actuales el haber estudiado gratis, pero nadie les reprocha el ser gobernantes, y nadie parece reparar en que la institución que formó a personalidades como Lagos y Bitar - tan estúpidas, mezquinas y útiles al capital - fue precisamente la universidad en su momento de mayor gloria populista. A la mayoría de los estudiantes parece no molestarles estar sometidos a un orden que los trata como monos amaestrados, y que los deformará hasta convertirlos en nulidades, quizás hasta en gobernantes... lo que les molesta es tener que pagar demasiado por ese servicio. Y ese nivel tan bajo de aspiraciones vitales es el que todos los poderes están empeñados en mantener, promoviendo agitaciones domesticadas para evitar que la insatisfacción de miles de jóvenes encuentre un terreno de expresión fértil en la realidad más inmediata: allí donde los asalariados del conocimiento son explotados, allí donde a los estudiantes se les humilla y engaña, vendiéndoles destrezas que los esclavizarán de por vida.
Después de todo, ¿qué importancia objetiva puede tener un nuevo sistema de cobranza de créditos, frente a la desposesión absoluta de sus vidas que padecen los universitarios, sus padres y sus instructores? El hecho de que en su mayoría se consideren “privilegiados” por su nivel de consumo, y que un recrudecimiento de los cobros parezca amenazar ese privilegio, no cambia en nada el hecho de que, en rigor, carecen por completo de soberanía para decidir el contenido y la finalidad de sus vidas. Su existencia está normada hasta el último detalle por el mercado, y en eso son iguales a todos los esclavos asalariados, desempleados, hambrientos, putas, locos y delincuentes que pueblan la tierra. Son proletarios , por más que sus títulos digan que son “profesionales”. ¿O es que un esclavo deja de ser esclavo cuando se compra grilletes de oro? Al contrario: ahora está personalmente interesado en defender sus grilletes, por lo tanto su esclavitud es mayor. Ese interés del esclavo en mantener su propia esclavitud es el mismo interés que mueve a los universitarios cuando luchan por conservar el status que la sociedad de clases les ha otorgado. Las burocracias estudiantiles, los medios de comunicación, los partidos progresistas, están ahí para convencerlos de que redoblen su interés en esas migajas que el poder les concedió, de que luchen por mantener intactas sus cadenas. En relación con ese objetivo político de gran altura, el objetivo contingente de cada movilización importa poco. ¿Qué más da si se trata de un nuevo arancel, de una nueva tarifa, de un nuevo recorte presupuestario, de una nueva acreditación, cuando lo que está en juego es la perpetuación de la mentalidad que garantiza la esclavitud asalariada?
En concreto, la ley de acreditación contra la que se movilizó a los estudiantes para luego hundirlos en la derrota, no agrega nada sustancialmente nuevo a las condiciones que los egresados siempre han tenido que soportar, porque las deudas crediticias siempre han implicado su resignación a una gran variedad de humillaciones: retención de títulos, intereses usureros, reajustes abusivos, fichaje comercial, embargos, etc. Esta ley sólo formaliza la existencia de un nuevo intermediario en el proceso de cobros, y por más que eso significara un aumento del monto final a pagar, ese monto sería una insignificancia comparado con el robo sistemático de vida del que son objeto los estudiantes y asalariados de la enseñanza. Pero ¿acaso nos importa todavía de qué está hecha nuestra propia vida? Si todos parecen dispuestos a luchar por unas cuantas migajas económicas, pero no por el poder de decidir su destino, es porque ya casi nadie sabe valorar su existencia más que midiéndola en cantidades de dinero. La cuantificación y abstracción de la vida ha llegado a tal extremo que luchar por realidades a las que no se les puede poner precio resulta casi inimaginable.
Pero si ponemos en el centro de nuestras preocupaciones las vidas humanas, y no a qué precio se transan en el mercado, tenemos que preguntarnos: ¿qué significa una lucha donde jefes y mandados forman una misma comunidad de intereses, marchando tras una misma bandera, en pos de frenar una ley sin importancia? Está muy claro: la banca hizo un negocio conveniente con el gobierno de Lagos, que podía prever una reacción defensiva en las universidades, con lo cual, además de los beneficios económicos directos, tendría un campo de pruebas para sus maniobras políticas y policiales, terreno en el que la izquierda burocrática también tiene mucho que decir. La Concertación pierde algunos votos que van a parar a la izquierda, los estudiantes se movilizan en vano y tienen que esperar tres años más para recobrar fuerzas, las burocracias estudiantiles afianzan su poder... El hecho de que los pacos hostiguen y repriman a un puñado de dirigentes estudiantiles no desmiente lo que afirmamos: se trata sólo de un castigo circunstancial para recordarles que no se excedan en la función que les toca cumplir dentro del protocolo democrático. Un ajuste de cuentas entre colegas, que al fin y al cabo sólo refuerza la nefasta ilusión de que esos dirigentes representan los intereses de sus dirigidos. El efecto más importante de todo esto es que el conjunto del sistema de dominación espectacular ha quedado reforzado tras la puesta en escena de una “lucha” en que las reglas de hierro de la democracia, que nunca fueron puestas en duda, aparecen una vez más como intocables.
Es cierto que en el curso de cada movilización se han producido rupturas por la base, coordinaciones que tienden a superar los límites permitidos, discusiones políticas radicales; y es notorio que en cada nuevo conflicto la auto-organización ha ejercido mayores presiones, pujando por formular sus propios objetivos políticos y sus propios métodos de lucha, contra todo encuadramiento burocrático. En las últimas jornadas se multiplicaron las acciones directas de todo tipo, a la vez que se organizaba una amplia difusión, se creaban coordinaciones entre estudiantes y trabajadores, se fortalecía la toma de decisiones en asambleas, etc. Aún así, a estos esfuerzos de auto-organización les sigue faltando lo esencial: la conciencia de sus propios objetivos globales, que tarde o temprano enfrentarán a los estudiantes y asalariados de la educación contra sus enemigos más directos: los burócratas y los propietarios del sistema. Mientras eso no ocurra, las luchas estudiantiles seguirán siendo despolitizadas, reducidas a un reivindicacionismo cagón, canalizadas hacia objetivos reaccionarios: nacionalismo, desarrollismo, estatismo; y los progresistas que protegen este orden seguirán invitándonos a “defender la universidad” de la privatización, igual que si nos llamaran a defender “nuestro ejército” o “nuestro sistema penitenciario”, en nombre de “Chile”, ese fundo democrático en que nos toca ser los peones educados. Cuando los estudiantes rompan con esas ideas e instituciones que los encadenan a una existencia mediocre y sin horizontes, y los asalariados de la enseñanza se nieguen a seguir vendiendo sus capacidades al mercado, entonces descubrirán que la universidad nunca les perteneció, sino que ha sido la cinta transportadora a través de la cual ellos fueron vendidos al poder del dinero; descubrirán que la universidad, como todo el sistema de enseñanza, los ha reducido a nada más que dóciles engranajes del mecanismo ciego que hace girar la economía.
A la universidad, esa institución arcaica, patriotera y desarrollista, principal arma ideológica del capital, no hay que defenderla, hay que destruirla . Sólo cuando los proletarios que padecen la “educación superior” se decidan, junto con sus padres y profesores, a desmantelar esa maquinaria trituradora de mentes, sólo entonces podrán decir que están luchando. Y cuando den el primer paso de esa lucha, que será derrocar a sus representantes burocráticos para generalizar la auto-organización y la lucha de clases, recién entonces el rechazo a la educación de mercado tendrá un contenido real, pues habremos empezado a barrer con las relaciones jerárquicas y mercantilizadas que nos separan de la vida social como un todo. Entonces la palabra “universidad”, aplicada a estas organizaciones de la ignorancia experta, va a sonar como lo que realmente es: un chiste.
Hay que empujar la lucha estudiantil más allá de sus propios límites, hacia el conjunto de luchas de nuestra clase, rompiendo con las falsas separaciones entre «estudiantes», «trabajadores», «pobladores», «cesantes»... para que todos los explotados luchemos como un solo puño contra lo que nos oprime, hasta que sea imposible volver atrás. Entonces los jefes burocráticos universitarios y sindicales aparecerán como lo que realmente son: policías del estado capitalista, y nosotros estaremos por fin obligados a amar la libertad, nos veremos empujados a renunciar a las migajas y, de una vez por todas, a luchar de pie. No por una posición más ventajosa dentro de esta sociedad desgraciada, no por un mejor precio para nuestras cabezas, sino por la abolición de todo lo que nos niega como sujetos humanos: la división de la sociedad en clases, el trabajo asalariado, el dinero, el estado. Ese es el único camino hacia la verdadera comunidad humana, activa y universal: el comunismo.

Brigada de agitación comunista, Junio del 2005 – briagicom@yahoo.es

12.10.05

Cómo ataqué a "Chi l'ha visto?" y puse a la policía de la RAI a la deriva por Luther Blissett

Buscando a Harry Kipper

Chi l'ha visto? es un programa semanal de televisión emitido en hora-punta por la televisión pública italiana (RAI). Su sucia misión consiste en encontrar a personas perdidas, adolescentes que dejan su hogar, esposas que abandonan al marido y los niños, pacientes escapados del manicomio e incluso rufianes en búsqueda y captura. La redacción es como una especie de Brigada Antivicio, y la presentadora Giovanna Milella la personificación maligna de los valores de salud y hogar que cualquiera que ame la libertad desprecia. El nombre del programa significa en italiano "¿Quién sabe dónde?"; a decir verdad la parte principal en la caza del hombre es llevada a cabo por el público, al que Milella exhorta a llamar al programa y cooperar. El estudio se llena a rebosar de padres que gritan, esposas o maridos enojados, psiquiatras, parientes y amigos de la persona perdida etc. En enero de 1995 Luther Blissett se propuso darle un palo a Chi la visto? y poner a la policía de televisión en la picota de los chismes de los medios de comunicación.

Cómo ataqué a "Chi l'ha visto?"y puse a la policía de la RAI a la deriva

En Italia corre el rumor de que un body-artista británico llamado Harry Kipper se apropió del nombre de un jugador del fútbol jamaicano de principios de los ochenta. Al principio Kipper lo utilizó como una marca personal para firmar sus propias performances, luego decidió convertir a Blissett en un 'personaje abierto' cuya fama fuese recreada indefinidamente por cualquier interesado. Cualquie-ra puede ser Luther Blissett simplemente adoptando el nombre y difundiendo nuevos rumores.
Se sabe efectivamente algo de un Harry Kipper, performer y body-artista "extremo" de los años 70 del que se citan algunas performances en la historiografía del punk, pero no se sabe qué fue de él. Cuando se puso en marcha el proyecto Blissett, se había vinculado el nombre de Kipper en Gran Bretaña a lo poco que se conoce de su vida y se había creado un mito, una ficción cuya combustión debía prender el nombre múltiple.
Una vieja casa de Londres se convirtió, en la iconografía blissettiana, en la residencia de Kipper. Un rostro construido por ordenador morpheando fotografías de los años 40 sirvió para poner en circulación por internet "la única imagen verdadera de Harry Kipper". Otros habían añadido teselas al mosaico de su personalidad atribuyéndole escritos, entrevistas y declaraciones. Este Kipper tenía ya muy poco que ver con el "verdadero" (apenas parte de su pasado). El nombre colectivo se desarrollaba en dos planos de simulación: un personaje virtual buscaba colabor-acciones REALES para crear otro personaje virtual cuyas acciones tendrían consecuencias y efectos REALES. Y nadie desde entonces hasta hoy puede ya decir lo que hay en él de verdadero o falso. En diciembre de 1994, jugando con el propio mito fundador, Luther Blissett tuvo la brillante idea de injertar sobre la desaparición efectiva del "verdadero" Kipper la desaparición (mediatizada y amplificada) de su homónimo durante un viaje a Italia. Ello aseguraría, con la ausencia declarada de lo que -en cierto sentido- nunca estuvo presente, el completo olvido del origen del proyecto Blissett (así como de su origen instrumental, de su teogonía impulsora), como suele suceder en las leyendas metropolitanas.
En el primer plano de simulación (el de la narración fundante) el suceso sería una metáfora: Kipper organiza su performance más enigmática: decide DESAPARECER; el Sujeto (el "Artista" de la representación ideológica burguesa) se pierde, pero se pierde porque nunca había existido más que como efecto óptico. Kipper quiere subrayar que TODAS las reacciones son colectivas, que no existe el "Genio" individual agraciado con la Inspiración, sino una gran Performance Global multiforme -de la que el proyecto Luther Blissett es a su vez una alegoría- basada en la infinita e inconsciente circulación y socialización del saber y de la "inspiración". TODOS (conscientemente o no) TOMAN PARTE AL CREAR TODO, no existe propiedad privada de las ideas. Kipper opera por tanto una DES-SUJECCIÓN del nombre múltiple de su propia tutela embarazosa, pone en práctica el nietzscheano "¿Qué importo yo?"
En el segundo nivel de simulación (el de la COOPERACIÓN EN RED), la desaparición de Kipper serviría para comprobar la "noticiabilidad" y la permeabilidad de los medios y la capacidad de Blissett para organizarse a nivel transnacional.
Se procuró que la historia de la desaparición de Kipper fuese coherente, pero no demasiado (porque la realidad es a menudo incoherente), cada uno se ocupó de un punto específico, se produjo una documentación verosímil, pero en su mayor parte inverificable, de tal forma que lo que era verificable tuviese tanta relevancia simbólica que convalidase el resto. Con este material, la noche del 2 al 3 de enero de 1995 Luther Blissett consiguió atravesar el filtro de ANSA, una agencia nacional de prensa que difundió la noticia desde su oficinas en Udine, Friuli, Italia Noroccidental.
El 4 de enero todos los periódicos regionales recogían la noticia, repitiendo casi textualmente el fax que habíamos enviado a ANSA.

De Il messaggero veneto de Udine, 4 de enero de 1995, primera página:

UN ARTISTA DESAPARECE: S.O.S. DESDE LONDRES A FRIULI

Visto por última vez en Bertiolo - Recorría Europa en una bicicleta - ¿Se desvió hacia Bosnia?
Artistas de Bolonia y de Londres se preguntan por los últimos movimientos de un artista inglés. Se trata de Harry Kipper, de 33 años, 1.75, cabello rojo oscuro y magnéticos ojos verdes. Según Federico Guglielmi de Bolonia, Kipper, que con el pseudónimo Luther Blissett hacía también espectáculos callejeros de magia e ilusionismo, fue visto por última vez en Bertiolo cuando supuestamente se dirigía a Trieste.
A mediados de octubre Kipper telefoneó a su amigo el novelista londinense Stewart Home y le dijo que estaba en Bosnia. Esa fue su última llamada. Según artistas italianos que le conocían, Kipper recorría Europa en una bicicleta de montaña para poner en práctica una idea del Friulan Piermario Ciani: unir varias ciudades con una línea imaginaria que deletrearía finalmente la palabra "ART". En verano Kipper se había alojado en casa de Ciani. A primeros de septiembre se desplazó a Trieste, pero al parecer nunca llegó allí. Desde 1991 Kipper ha estado realizando esta performance de "turismo psicogeográfico" trazando la "A" desde Madrid a Londres y Tolone; había llevado los dos veranos siguientes completar la "R" a través de Bruselas, Bonn, Zurich, Génova y Ancona. Por fin, en 1994 empezó con la "T": después de alcanzar Trieste se desplazaría a Salzburgo, Berlín, Varsovia y volvería de nuevo a Amsterdam. Al parecer hizo un desvío inexplicable hacia Bosnia y desapareció.
Un artículo de Il Flautín contenía más detalles:

[...] Una vez llegado a nuestra región, Kipper decidió trazar imaginariamente la palabra "ART" también en Friuli, empezando en Pordenone. Pasó por Maniago, Sauris y Codroipo para trazar la "A", luego por Tolmezzo, Gemona, San Daniele y Mortegliano para la "R", y finalmente por Udine, Pontebba, Tarvisio y Treppo Carnico para la "T". Después regresó a Bertiolo [...]

La historia que habíamos enviado a ANSA se completaba con un retrato de Kipper, mapas psicotopográficos de los proyectos "ART IN EUROPA" y "ART IN FRIULI", testimonios de "artistas" que habían alojado a Kipper durante su estancia en Bolonia (en realidad la mayoría de ellos eran anarquistas, transmaníacos, psicogeógrafos, etc.) y una cinta de audio con la voz de Kipper. Todos estos elementos eran "verdaderos", lo que hacía falsa la narración completa era sólo su arbitraria interrelación. El 6 de enero la redacción de Chi l'ha visto? llamó al número de teléfono de Bolonia que Luther había dado a ANSA como referencia: decían que estaban "fascinados" por el personaje de Kipper y que querían hacer un reportaje sobre su "atmósfera cultural", siguiendo sus huellas a través del ambiente "neoísta" y psicogeográfico de Bolonia, Udine y Londres. Luther aceptó tras una rápida consulta telefónica a sus homónimos de Londres, Bolonia y Friuli. El 10 de enero la troupe llegó a Bolonia, rodó horas y horas de material sobre el "movimiento", el nombre colectivo y la Associazione Psicogeografica di Bologna, reconstruyendo los movimientos y relaciones de Kipper en Bolonia en 1994 (poco antes de su desaparición) y constatando la influencia que había ejercido sobre los llamados "transmaníacos" y sobre toda la escena bolognesa. Esto es aproximadamente lo que contestamos a sus preguntas:
Kipper estuvo en Bolonia del 29 de junio al 8 de julio. En esos diez días asistió a la fundación de la Associazione Psicogeografica di Bologna y propuso que todos sus miembros adoptasen el nombre múltiple. Después se dirigió a Ancona y la Riviera Adriática. El 10 de agosto llegó a Udine, donde encontró a Ciani (que era el que había concebido la performance) en los estudios de Radio Onde Furlane. Ciani le propuso que se quedase algún tiempo y trazase la palabra "ART" también en Friuli. Tres días después Kipper se trasladó de Bertiolo a Pordenone para empezar a trazar la "A". Pasadas dos semanas volvió a Bertiolo y dijo que había completado la palabra, pero parecía inexplicablemente deprimido. La primera semana de septiembre se dirigió a Trieste. Nadie supo más de él hasta que llamó a Stewart Home. Después de otro mes de silencio, Stewart nos llamó por teléfono para que empezásemos a investigar.
En enero todavía no era conocido el carácter subversivo de la APB y de Luther Blissett, así que tratábamos de disfrazarnos de "artistas". Un miembro del equipo llamado Fiore di Rienzo nos dijo que la redacción suponía que la desaparición era una especie de performance de Kipper. ¡Pobres idiotas! Al día siguiente la policía de televisión llegó a Udine, donde los camaradas locales confirmaron nuestro relato sobre los movimientos de Kipper. Éste es el brevete con el que un periódico local (Il gazzettino del Friuli, 1/12/1995) informaba de la presencia en el pueblo de Chi l'ha visto?:

"CHI L'HA VISTO?" TRAS EL RASTRO DE KIPPER

"Chi l'ha visto?" sigue las huellas de Harry Kipper, el performer inglés que desapareció en Friuli hace algunas semanas. Ayer un equipo del programa de RAI3 vino al pueblo para indagar más detalles sobre la persona que acordó con Friulan Piermario Ciani una performance conceptual consistente en un recorrido en bicicleta con el que querían unir varios pueblos de Friulan y componer la palabra "ART" en el mapa. El equipo visitó Radio Onde Furlane, que antes de Navidad transmitió algunas pistas para encontrar a Harry Kipper y entrevistó a Paolo Cantarutti de la revista Usmis (donde Ciani había publicado el mapa de la performance) y al mail-artista Alberto Rizzi de Rovigo, conocido de Kipper. Según el director del programa, esta desaparición sería sólo una obra de arte conceptual llevada a cabo por el artista británico.
Dos días después la troupe voló a Londres y entrevistó a Stewart Home y a Richard Essex de la London Psychogeographical Association. Stewart y Richard les enseñaron la antigua casa de Kipper (un edificio medio demolido en alguna parte de East End).
El reportaje estaba listo para ser transmitido cuando una notificación de la policía de televisión hizo que se suspendiese. Desgraciadamente un colaborador de Chi l'ha visto? que vivía en Udine se había topado por casualidad con el rumor popular de que la "desaparición de Kipper" era invención de los camaradas de Usmis y de Radio Onda Furlane (en complicidad con los boloñeses y los londinenses) basada en una performance psicogeoturística análoga que se remontaba a hacía un año. Era obviamente una mentira calzada sobre otra (debido a que las leyendas urbanas, como es justo que suceda, se autonomizan y avanzan por sí mismas), pero bastó para alertar a la redacción de Chi l'ha visto. La eventual sospecha de uno de los miembros del equipo de que se trataba de una performance se convertía ahora en la certeza generalizada de que la propia existencia de Kipper era una farsa. La redacción decidió no arriesgar su reputación y sustituyó el reportaje anunciado justo a tiempo.
De todas formas su maniobra fue inútil, porque ya habíamos enviado la historia a los periódicos nacionales. El caso apareció con titulares como "Ciber-broma a 'Chi l'ha visto?'", "Volvieron loca a Milella", "¡Buscando a un Kipper inexistente!" etc. Los periódicos publicaban citas de nuestra declaración explicativa:

[...] no queríamos sólo desacreditar el programa, sino también confundir su olfato de sabuesos y hacer que perdiesen su tiempo siguiendo a una persona inexistente para que los fugitivos reales pudiesen quedar en libertad [...] (Il Resto del Carlino 1/20/95).
Chi l'ha visto? es una expresión nazi-pop de la necesidad de control [...] (L'Unità, 1/21/95).

Éste es el final de un artículo aparecido en Il Gazzettino (1/20/95):

Este nombre, Luther Blissett, es utilizado como seudónimo múltiple para firmar y reivindicar acciones contraculturales, manifestaciones, boicots y notas de prensa con el propósito de crear un mito basado en la incertidumbre y la oscuridad. Es imposible encontrar a un único autor de la farsa [...]Todos somos víctimas de Luther Blissett, pero somos también cómplices y nadie en particular es responsable. Es algo que da que pensar, Blissett casi llega a televisión".

Y éste es el final de nuestra declaración (Come fu che Luther Blissett quasi arrivò a 'Chi l'ha visto?', Bolonia, 1/16/1995):

"Ésta es la prueba más clara de la efectividad de estrategias como los nombres múltiples, que permiten que muchos sujetos revolucionarios diferentes colaboren sin desconfianza identitaria o sospechas paranoicas, de forma que puedan influir fácilmente en la imaginación colectiva. Es mucho mejor esto que quejarse inútilmente de la omnipotencia del espectáculo. ¡Bienvenido Luther Blissett"!.
Luther Blissett es el nombre propio de una persona que puede ser cualquiera. El nombre está definido, pero no la gente que lo utiliza. Cualquiera puede convertirse en Luther blissett simplemente adoptando el nombre, pero solamente se es Luther Blissett durante el periodo en que se utiliza el mismo. Cuando alguien se convierte en Luther Blissett, la existencia anterior de uno mismo consiste en los actos que otras personas emprendieron usando el nombre. Cuando se pasa a ser Luther Blissett, no se tiene familia, padres o fecha/lugar de nacimiento. Luther Blissett no nació, ella/él se materializó de fuerzas sociales, se construyó como medio para entrar al terreno movedizo que circunscribe al "individuo" y a la sociedad.
El nombre de Luther Blissett se puede asumir estratégicamente para una serie de acciones, intervenciones, exposiciones, textos, etc. Cuando se contestan cartas provocadas por una acción/texto en el cual se ha utilizado el contexto, entonces tiene sentido continuar usando el contexto, e.g. contestando como Luther Blissett. Con amistades personales, cuando se tiene una historia personal además de los actos asumidos por aquellas personas que utilizan el nombre de Luther Blissett, no tiene sentido utilizar el contexto. Si se utiliza este en la vida privada, existe el peligro de que el nombre de Luther Blissett se vea excesivamente identificado con individuos concretos.

LA RAÍZ Y EL RIZOMA
(La alteridad se defiende por sí misma)
Dos estructuras enfrentadas, la estructura de la Raiz es la estructura del Estado, el Rizoma representa la Alteridad. La Raíz tiene dos características: una estructura jerárquica y una especialización de sus componentes. Cuando una Raíz es atacada en sus puntos vitales, toda la Raíz muere o se vuelve inoperante. Una Raíz es incapaz de efectuar mutaciones rápidas debido a la especialización de sus componentes y a la comunicación lineal de estos: un mensaje que llega desde un punto 'A' a un punto 'E' debe atravesar 'B', 'C' y 'D' sucesivamente.
En la Raíz cada componente tiene cualidades intrínsecas, al igual que las piezas de ajedrez, cada componente tiene un valor dependiente a su relación con otros componentes dentro del Sistema.
Por último, la Raíz no está definida como totalidad en cada uno de sus componentes sino en sus componentes como conjunto dentro de un sistema cerrado de relaciones. Un elemento de la Raíz no representa a la Raíz como conjunto pues nunca puede poseer sus cualidades, jamás un elemento de la Raíz puede resucitar a toda la Raíz porque, paradójicamente, necesita de la Raíz para ser funcional.
Por otro lado, en un Rizoma ningún elemento tiene una especialización intrínseca al sistema, cada elemento cambia de función según las necesidades del momento. Al igual que las piezas de GO, cada elemento tiene un valor situacional y no un valor intrínseco o inherente a sí mismo. Todo elemento del Rizoma esta en contacto con todos lo demás elementos del Rizoma en una comunicación no lineal. Cada elemento del Rizoma es capaz de hacer resurgir al Rizoma pues cada elemento posee en sí mismo todas las características de este. No es posible encontrar un punto vital al que sea posible atacar y matar a todo el Rizoma: un Rizoma puede prescindir de cualquiera de sus componentes sin volverse inoperante.
Luther Blissett